Suficiente
Cuando a mi esposo y a mí nos pidieron recibir y liderar un grupo pequeño de la iglesia en nuestra casa, lo primero que dije fue que no. Me sentía incapaz. No teníamos asientos para todos y nuestra casa era pequeña. Tampoco sabía si estábamos capacitados para dirigir las charlas. Temía que me pidieran que preparara comida; algo que no me gustaba y para lo que no disponíamos de fondos. Creía que no teníamos «suficiente» para hacerlo, y me parecía que yo no era lo «suficiente» como para realizarlo. Pero queríamos servir a Dios y a nuestra comunidad, así que, a pesar de nuestros temores, accedimos. Durante los cinco años siguientes, recibimos gozosos al grupo en nuestra sala de estar.
¿Cómo se llama tu padre?
Cuando compré un teléfono celular en Medio Oriente, me hicieron las preguntas habituales: nombre, nacionalidad, dirección. Pero después, el empleado dijo: «¿Cómo se llama su padre?». Su pregunta me sorprendió, ya que no entendía por qué era importante. En mi cultura, ese dato es irrelevante, pero allí, era necesario para constatar mi identidad. En algunas culturas, la ascendencia es importante.
De lo profundo de las aguas
Examiné el agua con atención en busca de señales de alarma. Durante mis turnos como guardavidas, observaba junto a la piscina para garantizar la seguridad de los que nadaban. Abandonar mi puesto o no prestar atención podía tener consecuencias graves para los que estaban en el agua. Si un nadador se encontraba en peligro de ahogarse debido a una herida o impericia, mi responsabilidad era sacarlo del agua y ponerlo a salvo al borde de la piscina.
Dar el primer paso
Con paciencia, nos esforzamos para ayudar a nuestro hijo a sanarse interiormente y adaptarse a su nueva vida con la familia. El trauma de su pasado en un orfanato generaba algunas conductas negativas. Aunque yo tenía gran compasión por él, sentía una lejanía emocional debido a estas conductas. Avergonzada, le conté mi lucha a su terapeuta. Su respuesta amable me conmovió: «Él necesita que des el primer paso… que le muestres que es digno de amor antes de que él pueda demostrar el suyo».
Motivados por Dios
Hace unos meses, recibí un email donde me invitaban a unirme a una comunidad de «personas motivadas». Busqué la palabra «motivado», y descubrí que se refiere a alguien determinado a triunfar.
Anillos y gracia
Cuando me miro las manos, recuerdo que perdí mis anillos de compromiso y de boda. Estaba haciendo varias cosas mientras empacaba para un viaje, y todavía no tengo idea de dónde terminaron.
Déjate guiar
Para nuestro aniversario de bodas, mi esposo alquiló una bicicleta tándem para que disfrutáramos de una romántica aventura juntos. Al empezar a pedalear, pronto me di cuenta de que, como yo iba atrás, los amplios hombros de mi esposo eclipsaban mi visión del camino. Además, mi manubrio era fijo y no afectaba la dirección de la bicicleta. El manubrio frontal era el que determinaba nuestra dirección; el mío servía solo para apoyarme. Tenía la opción de sentirme frustrada por mi falta de control o disfrutar del paseo y confiar en que Mike nos guiaría a salvo por el camino.
Pastor de por vida
Cuando mi hijo pasó de grado en la escuela, lloró, diciendo: «¡Quiero a mi maestra para siempre!». Tuvimos que ayudarle a darse cuenta de que cambiar de maestra es parte de la vida. Tal vez nos preguntemos: ¿Habrá alguna relación que dure para siempre?
Detrás de escena
Mi hija le envió un mensaje de texto a una amiga, esperando que le respondiera pronto. Apenas momentos después, empezó a disgustarse y a quejarse molesta por la demora. La irritación dio lugar a la preocupación, y mi hija se preguntó si la falta de respuesta indicaría un problema entre ella y su amiga. Al rato, llegó la respuesta, y mi hija se sintió aliviada. Simplemente, su amiga había estado resolviendo los detalles necesarios para responder.
Entender el costo
Porque habéis sido comprados por precio… — 1 Corintios 6:20
Hace poco, le regalamos a nuestro hijo de dos años un par de botas nuevas. Estaba tan contento que no se las sacó hasta la hora de dormir. Pero, al día siguiente, se olvidó por completo de ellas y se puso sus zapatillas viejas. Mi esposo dijo: «Ojalá supiera cuánto cuestan…